El ejercicio físico mejora la función mental, la autonomía, la memoria, la rapidez, la ‘imagen corporal’ y la sensación de bienestar. Asimismo produce estabilidad en la personalidad caracterizada por el optimismo, la euforia y la flexibilidad mental. Además, el deporte tiene una gran influencia en la prevención de muchas enfermedades como la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
Se estima que entre un 9% y un 16% de las muertes producidas en los países desarrollados pueden ser atribuidas a un estilo de vida sedentario. En el estado de salud de una persona este es un factor fundamental que se combina con otros determinantes importantes como la dotación genética, la edad, la situación nutricional, la higiene, la salubridad, el estrés y el tabaco.
Sobre el corazón
Disminuye la frecuencia cardiaca de reposo y, cuando se hace un esfuerzo, aumenta la cantidad de sangre que expulsa el corazón en cada latido.
De esta manera la eficiencia cardiaca es mayor “gastando” menos energía para trabajar.
Estimula la circulación dentro del músculo cardiaco favoreciendo la “alimentación” del corazón.
En cuanto al sistema circulatorio, el deporte contribuye a la reducción de la presión arterial; aumenta la circulación en todos los músculos; disminuye la formación de coágulos dentro de las arterias con lo que se previene la aparición de infartos y de trombosis cerebrales; actúa sobre el endotelio, que es la capa de células que tapiza por dentro a las arterias segregando sustancias de suma importancia para su correcto funcionamiento, mejorando su actividad y manteniéndolo sano y vigoroso; mejora el funcionamiento venoso previniendo la aparición de varices.
Todo esto ocurre por una acción directa a través de hormonas que se liberan con el ejercicio.
Sobre el metabolismo
Aumenta la capacidad de aprovechamiento del oxígeno que le llega al organismo por la circulación; aumenta la actividad de las enzimas musculares, elementos que permiten un mejor metabolismo del músculo y por ende una menor necesidad de exigencia de trabajo cardíaco; aumenta el consumo de grasas durante la actividad con lo que contribuye a la pérdida de peso; disminuye el colesterol total y el colesterol LDL (malo) con aumento del colesterol HDL (bueno); mejora la tolerancia a la glucosa favoreciendo el tratamiento de la diabetes; incrementa la secreción y trabajo de diferentes hormonas que contribuyen a la mejoría de las funciones del organismo; colabora en el mantenimiento de una vida sexual plena; mejora la respuesta inmunológica ante infecciones o agresiones de distinto tipo; se fortalecen las estructuras (huesos, cartílagos, ligamentos, tendones) y mejora la función del sistema músculo esquelético contribuyendo efectivamente en la calidad de vida y grado de independencia especialmente entre las personas de edad; disminuye síntomas gástricos y el riesgo de cáncer de colon.
Sobre el tabaquismo
Los individuos que realizan entrenamiento físico dejan el hábito de fumar con mayor facilidad y hay una relación inversa entre ejercicio físico y tabaquismo.
Sobre los aspectos psicológicos
Aumenta la sensación de bienestar y disminuye el estrés mental; se liberan endorfinas (sustancias del propio organismo con estructura química similar a la de la morfina) que favorecen el ‘sentirse bien’ después del ejercicio; disminuye el grado de agresividad, ira, ansiedad, angustia, depresión y fatiga; aumenta la energía y la capacidad de trabajo.
Sobre el aparato locomotor
Aumenta la elasticidad muscular y articular; de incrementa la fuerza y resistencia de los músculos; previene la aparición de osteoporosis y el deterioro muscular producido por los años; facilita los movimientos de la vida diaria; contribuye a la mayor independencia de las personas mayores; mejora el sueño.
Fuente www.deportesalud.com