Las nuevas instalaciones deportivas de la UFV han apostado por incorporar la cloración marina para mantener en óptimas condiciones el agua de la piscina cubierta: un sistema novedoso que cada vez está adquiriendo más auge por sus ventajas. La forma en que funciona este sistema de mantenimiento del agua de una piscina es simple y mucho más ecológico que el sistema clásico que utiliza cloro químico.
Nuestra piscina emplea cloradores salinos, es decir, aprovecha la sal para generar cloro mediante dispositivos que se integran en el sistema de filtrado y aprovechan el agua salada para generar cloro gaseoso mediante electrólisis, el cual se disuelve de inmediato en el agua y la desinfecta.
Este tratamiento del agua combina dos sistemas de desinfección: la electrólisis y la radiación ultravioleta. Esta combinación integra las cualidades de ambas por separado y ofrece un producto de eficacia probada. Este tipo de cloro desinfecta el agua de manera eficaz y se evapora rápidamente por lo que no permanece en el agua evitando olores e irritaciones.
Sus características más destacadas son las siguientes:
No es necesario añadir sal en el vaso de la piscina.
Ofrece una desinfección doble de gran efecto.
Tiene mayor capacidad de eliminación de cloraminas.
Potencia los efectos positivos de sostenibilidad por el ahorro de agua y energía que logra.
Desaparecen los lavados de filtro con el objetivo único de reducir la concentración de cloraminas.
Es un tratamiento sinérgico muy interesante porque posee capacidad oxidativa con efecto residual.
Evita por completo la necesidad de añadir productos clorados (hipoclorito, cloro en pastillas, etc.).